jueves, 11 de noviembre de 2010


Tengo tantísimas cosas que decir que ni siquiera sé por donde empezar, ni si terminaré, ni siquiera si acabaré escribiendolas al final. Supongo que es increible como he podido querer tanto a alguien que ni siquiera recuerda que existo. Cómo puedo sentir con tanta fuerza en este momento un sentimiento que hace tanto que se extinguió...

No recuerdo de quién fue la culpa. No fue del todo tuya, tampoco creo que fuera del todo mía. Supongo que tenemos la costumbre, por lo menos yo, de borrar del pasado las cosas que hicimos para protegernos.

Y fue esa sensación, la de un vacío en el corazón, tu mitad, lo que tuve en esos momentos, hace un año. La inquietud de que no iba a volver a ser como antes, el miedo a perderte. Sabes que hice lo imposible. Intenté recuperarte, tratar al menos de que me perdonaras. Fue inútil, nunca he sabido lo que hice mal, solo espero que no sufrieras todo lo que yo.

Y no, realmente no te echo de menos. Lo que echo de menos fue todo lo que tuvimos, todo lo que perdimos, eso que no volverá. Sin embargo, si me dieran la oportunidad de tener eso ahora, no podría aceptarla. Supongo que todo eso ya no tiene cabida en mi vida, y como veo, tampoco en la tuya. No, por lo que realmente estoy triste es porque mañana celebrarás algo que deberíamos celebrar juntas.

Por entonces puede que no lo demostrara, no supiera demostrarlo. Pero no sabes lo que significaba para mí que me escucharas, te metieras con todo el que me molestara hasta el punto de acabar tú más enfadada que yo. Todas las conversaciones, tus canciones, tu amistad capaz de mover el mundo. Hay gente que dice "No fue tan importante, duró poco, no significó nada..." Y, entonces, si no significó nada ¿De dónde salió tanto sufrimiento? ¿Tanto dolor, tantas oportunidades? Puede que para ti no fuera nada, un juego tal vez. Pero para mí fue durante un tiempo todo mi mundo. Recuerdo que una vez, hace poco me preguntaste: ¿Y cuando estabamos juntas, no eras feliz? No, no era feliz del todo, no conocí el sufrimiento, ¿cómo se puede ser feliz sin saber lo que es serlo, ni siquiera? Lo siento, no fui capaz. Igual que de tantas cosas. Supongo que no fui suficiente para ti, no lo sé. Pero quiero que sepas lo muchísimo que me importaba que estuvieras feliz, sabes que siempre te pregunté por qué estabas triste, aunque sabía que no me lo pensabas decir.

Quiero que sepas que sí, acabaste perdiendome. Fueron por lo menos 5, 5 oportunidades que te di. Este verano he aprendido lo que es estar sola, pero también lo que es realmente la amistad.

Y los días siguen pasando, y he tenido que reconstruir mi vida de forma que no estés tú. Aún así sigo echando de menos todo eso. Sé que tú ni siquiera recuerdas que existo, pero, no puedo evitar estar triste hoy, día 11 del 11. Me hiciste mucho daño, y demasiadas veces. Pero, ¿sabes? Nunca he llegado a odiarte. En principio me importabas demasiado para hacerlo, ahora me importas demasiado poco.

Y aun así, después de todo, seguiré recordándote cada vez que escuche esas canciones que eran nuestras, que lea tu nombre en cualquier lugar, que vea todas aquellas fotos, que siguen ahí, y que no consigo borrar...

11 / 11 / 09

Hasta siempre.

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