Recuerdo cuando nos conocimos. Te odié. Recuerdo que siempre me insultabas y me hablabas mal.
Tres días después de conocerte, pasaste una tarde con nosotros. Durante esa tarde empezaste a cambiar tu forma de hablarme y de portarte conmigo. Y yo empecé a descubrir que eras diferente a como te veía.
Al día siguiente me dijeron que te gustaba. No lo podía creer. Simplemente me parecía absurdo. Pero no le di muchas vueltas, no me dio tiempo. Todos nos separamos y cada uno volvimos a nuestro lugar.
Pero este año.. este año ha sido completamente diferente. Desde el principio me atraíste de una forma increíble, una cosa que hasta ese momento solo me había pasado con una persona. Luego esa atracción fue tomando forma. Acabaste gustándome, lo reconozco. Tu forma de sonreírme, de hacerme sentir que podía cambiar el mundo.
He sufrido por ti, claro. El amor nunca es sencillo, siempre se sufre. Cuando te enfadaste conmigo, mi mundo cayó en picado. Te agradezco realmente que me perdonaras tan facilmente. Durante esa semana te vi poco, pese a que hice lo posible por estar contigo. Luego las cosas volvieron a su cauce, como tenia que ser. Después nos separamos, y odié todo. Después de que en aquellos meses me había acostumbrado tanto a tenerte cerca, me sentía vacía y espantosamente sola.
Hoy, no esperaba verte. Creo que el destino todavía me debía un momento para despedirme. Gracias a ti he pasado una de las mejores tardes de mi vida. Ahora, estoy preparada para seguir adelante. Porque estos recuerdos que ya son nuestros no nos los quitará nadie. Y voy a ser fuerte, y voy a conservarlos.
Por ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario